La ICANN negó la posibilidad de asignar los dominios .XXX. Si bien la organización se encargó de asegurar que tal decisión no tenía ningún fundamento político, cualquier mal pensado podría asociar la medida con cierto puritanismo del Partido Republicano del país del norte.
Tras varios retrasos en la decisión, la ICANN rechazó finalmente la creación de un dominio exclusivo para la exhibición de sexo. El Comité de Directores de la organización encargada de la gestión de dominios decidió no aprobar la propuesta tras una votación por nueve votos a favor y cinco en contra. La decisión se debe exclusivamente a criterios técnicos y no políticos.