Los geeks y el deporte no son dos términos que generalmente vayan de la mano. Sin embargo, el Mundial de fútbol tiene ese no-sé-qué que hace que hasta nosotros nos emocionemos, aunque sea un poquito, con el espíritu de competencia. Pero para no sentirnos tan fuera de nuestro ambiente durante el tiempo que dure la copa del mundo podemos contar con una de las grandes marcas de gadgets, que además es patrocinadora oficial del torneo: Sony.
¿Y qué nos propone Sony para este evento? Una serie de iniciativas enfocadas a los programas 3 y de Red, que comenzaron el viernes pasado con el Sorteo Final. Estas innovaciones consisten en:
Formato 3D.
Sony y la FIFA firmaron un acuerdo sobre los derechos de los medios seleccionados para la Copa Mundial en formato 3D, utilizando productos y tecnologías de Sony, para espectadores de todo el mundo que cuenten con los equipos necesarios (como televisores LCD Bravia, grabadoras y reproductores de Blu-ray Disc, VAIO y PlayStation 3), generando una experiencia visual similar a la que se vive en el estadio mismo. Me imagino que más de un fanático que se quedó con las ganas de viajar a Sudáfrica va a estar esperando esto con muchas ganas. Además, el sentirse «adentro» del estadio nos puede hacer sentir menos tontos cuando les gritamos instrucciones a los jugadores desde el otro lado de la pantalla.
Red.
La idea es que además de poder ver el partido (ya sea en el estadio o desde casa), también se pueda implementar distintas estrategias de red. Por ejemplo, «FevaArena«, un área de comunicación para fanáticos dentro de PlayStation Home, una comunidad virtual donde los usuarios pueden reunirse, comunicarse y jugar (la plataforma se abrirá primero en Japón y después, gradualmente, al resto del mundo).
Creo que nada puede superar la experiencia de estar presente en uno de los partidos (y digo creo, porque nunca lo hice pero me encantaría). Sin embargo, estar en el living de casa, con una Bravia de 42», el sistema 3D, y conectada con mis amigos de todo el mundo desde la Play 3… bueno, no suena nada mal tampoco, ¿no?