Procrastinar, esa maravillosa maldita palabra que define nuestra costumbre de dejar todo para después en vez de hacerlo Ipso Facto, aunque apenas la vinimos a conocer cuando buscamos por Internet como se llamaba ese trastorno eterno de no hacer las cosas que debo hacer.
Procrastinar no es tan malo después de todo, pasar un tiempo haciendo lo que disfrutas no es tiempo perdido después de todo, seguramente aprendiste algunas cosas maravillosas que satisfacen tu curioso niño interior pero que no te ayudan para tus responsabilidades de adulto, aún así no deja de ser divertido hacerlo.
Si eres un procrastinador profesional (?) como yo y no conoces que tipo de procrastinador eres te dejo la siguiente caricatura donde te lo explican una a una:
¿Y tú cuál tipo de procrastinador eres?
Vía: Mashable