Así como lo leen, el cargador de mi iPhone acaba de explotar, no en el sentido literal de la palabra, pero si el disyuntor térmico de mi casa no hubiese cortado la corriente el cargador se prendía fuego y se iba todo al carajo.
Realmente no se a que se debió el cortocircuito, si al adaptador que tenía el cargador (que dicho sea de paso era de muy buena calidad), si el cargador vino fallado, etc. Ahora no se imaginan el olor que quedó en la habitación, encima odio el olor a «aparato quemado».
Ahora lo más probable es que termine comprando un cargador por Mercado Libre, ya que si tengo que enviarle el iPhone al tipo que se lo compré me termina saliendo todo más caro que comprando un cargador nuevo. Por unos días voy a tener que volver a mi querido Motorola V8.