Hace unos meses les contaba de mis experiencias con estándares libres en la administración pública y su confrontación con formatos privativos. De aquel post, se podría sacar una conclusión muy sencilla: el Estado debe utilizar estándares libres para todos los documentos que cree y utilice. Este fin de semana lei una entrada muy interesante en el blog de Thalskarth, donde nos cuenta que la Fundación Vía Libre está trabajando en conjunto con el diputado Eduardo Macaluse para la creación de un proyecto de ley de estándares abiertos.
El proyecto se basa en cuatro puntos fundamentales, que son los siguientes:
- Estar universalmente disponible para su lectura e implementación
- No forzar al usuario a utilizar productos de proveedores o grupos determinados
- Ser implementado y utilizado libremente por cualquier persona, sin regalías, derechos o cargos, excepto los que el organismo normalizador pudiera requerir para certificar el cumplimiento.
- No favorecer a un implementador por encima de otro u otros por ninguna razón distinta al cumplimiento de la especificación.
Quienes quieran, pueden leer el borrador aquí y si se animan, pueden participar. ¡Ojalá que este proyecto avance y no quede «encajonado» como tantos otros! No es un medida tan transgresora ni revolucionaria, solo se trata de un cambio de formato. ¡Hasta las ultimas versiones de Microsoft Office pueden utilizar este estándar!
Imagen: Josegjimenez